Amiga.
La miras y sonríes
con nostalgia al recordar las locuras que cometieron juntas, tu pecho se
aprieta al rememorar esas largas conversaciones, las risas, las peleas, los interminables y diversos debates. Ella se ve feliz. Y no puedes
sentir más que felicidad por ella, sin embargo, el dolor en tu corazón continuó
presente.
Era tu
amiga, y la dejaste ir.
Te necesitaba, y tú le diste la espalda.
Te regañó
por tu conducta, y tú hiciste oídos sordos.
Y a pesar
de pedir disculpas y que ella las aceptara con una sonrisa y sus brazos abiertos,
ambas saben que ya nada volverá a ser como antes. Y no lo fue.
Perdiste
una amistad que a pesar de no ser tan larga como otra caló tu corazón como
ninguna.
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A veces no son lo que nos han demostrado durante muchos años. Es una pena, pero en parte te entiendo perfectamente!!
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