Amiga.


La miras y sonríes con nostalgia al recordar las locuras que cometieron juntas, tu pecho se aprieta al rememorar esas largas conversaciones, las risas, las peleas, los interminables y diversos debates. Ella se ve feliz. Y no puedes sentir más que felicidad por ella, sin embargo, el dolor en tu corazón continuó presente.
Era tu amiga, y la dejaste ir.
Te necesitaba, y tú le diste la espalda.
Te regañó por tu conducta, y tú hiciste oídos sordos.
Y a pesar de pedir disculpas y que ella las aceptara con una sonrisa y sus brazos abiertos, ambas saben que ya nada volverá a ser como antes. Y no lo fue.
Perdiste una amistad que a pesar de no ser tan larga como otra caló tu corazón como ninguna.

1 comentario:

  1. A veces no son lo que nos han demostrado durante muchos años. Es una pena, pero en parte te entiendo perfectamente!!

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