Inservible orgullo
Lo extrañas. Extrañas sentir sus labios contra los tuyos,
sus malvadas sonrisas y sus despistados e hirientes comentarios. Extrañas los
raros gestos que hacía al leerte un libro, extrañas la forma juguetona en que
sus ojos se iluminaban al decir un simple ‘te amo’, extrañas como te susurraba
cosas pervertidas al oído antes de quedarse dormido, extrañas sus celos.
Extrañas sus graciosos escándalos.
Extrañas las peleas.
Extrañas las reconciliaciones.
Lo extrañas
tanto que has perdido la cuenta de la cantidad de veces que has luchado contra
tu corazón que te pide a gritos mandar al tacho de la basura tus ideales y
orgullo para correr a sus brazos y pedirle, rogarle
si es necesario, que te perdone. Porque el corazón quiere hacer que tu
cabeza acepte que ÉL tiene razón y que incluso estás dispuesta a acceder a su
petición.
Vivir a su
lado por el resto de tus días ya no
suena tan aterrador como al principio. Así que sí. Extrañas que cada día él te
despertara con un abrasador beso y con un ‘¿Te casas conmigo?’ y extrañas
sonreír y decirle que debería ir con un psiquiatra para revisar su salud
mental.
Extrañas sus estúpidos monólogos.
Extrañas lo bien que te hacía sentir.
Lo
extrañas… pero tu orgullo está en medio, así que hasta que él no vuelva a
acercarse no harás algún movimiento.
Él espera que pidas disculpas por el error que
cometiste, no volverá a tu lado hasta que lo hagas.
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La mayoría de las veces hay que dejar ese orgullo de lado y reconocer nuestros errores. Eso dice mucho de las personas :)
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo, personalmente creo que el orgullo es bastante tóxico, especial cuando es excesivo. Gracias por comentar, querida.
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